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Comunicado 8M

Las afiliadas queremos comunicar:


En pocos días, se cumple un año de la declaración de emergencia sanitaria en nuestro país. La situación de cuarentena aumentó la carga global de trabajo de las mujeres, con la particularidad de la simultaneidad entre las tareas domésticas, laborales y de cuidados.  El desplazamiento de la oficina a nuestros hogares intensificó nuestra jornada de trabajo y nos impuso un aislamiento que claramente limita el acceso a nuestras redes de apoyo y contención. 


Las incertidumbres cotidianas respecto a la evolución de la pandemia, nos imponen una agenda flexible que gira alrededor del cuidado de dependientes. Mientras tanto en el trabajo se mantiene la misma exigencia en términos de productividad como si no existieran diferencias de contexto y situación entre mujeres y varones. 

Los recortes impuestos por el gobierno suprimen horas docentes que son nuestro principal recurso de cuidado diario. La falta de planificación del Estado repercute principalmente en nosotras, que somos quienes gestionamos el tiempo y la educación de nuestres hijes. La participación barrial en ollas populares y merenderos, muestra nuestra presencia donde el Estado falta. 


Necesitamos que el Estado se haga responsable de los cuidados que las mujeres trabajadoras ejercemos. Además, por el simple hecho de ser mujeres gestantes, o en etapa de puerperio y lactancia nos hemos visto gravemente perjudicadas al momento de asumir cargos de ascenso en nuestras carreras funcionales dentro del Instituto.


Por eso, reclamamos el acceso en condiciones equitativas a la carrera funcional, con criterios claros y tribunales independientes, donde varones y mujeres tengamos las mismas oportunidades de ascenso ante las mismas capacidades. Solicitamos también al Instituto, especial atención en cómo se estructuran sus jerarquías y así no seguir reproduciendo una y otra vez las mismas prácticas patriarcales.


Seguimos luchando por la creación de un espacio de cuidados en el ámbito laboral para nuestras hijas e hijos en periodos de vacaciones o fechas especiales. Este espacio es fundamental ya que ante la ausencia de apoyo y opciones de cuidados, la mayoría de las veces recurrimos a nuestras licencias reglamentarias, o llevamos a nuestros niñes al ámbito laboral. Las mujeres no sólo nos vemos sobrecargadas en la simultaneidad de tareas sino que además con la angustia y el estrés de no poder planificar la jornada y sentir represalias o comentarios ingratos por llevar a les niñes. 

Desde el año 2019 AsEEC trabaja en una propuesta sólida y concreta, la cual no ha sido posible concretar por las constantes trabas y el poco acuerdo con la Dirección del Instituto.



Rechazamos el acoso sexual, a todos los niveles, ya que la vulneración no se da sólo en relaciones jerarquicas sino también a nivel de pares. Exigimos que el INE cumpla con la normativa vigente a nivel de protocolos de acoso aprobados por el inciso en el año 2020 (Decreto 62/020) y se soliciten periódicamente y antes de cada llamado el certificado de no antecedentes por delitos sexuales. Es recurrente que el escaso control del Estado nos exponga una y otra vez a trabajar con varones violentos que ya han sido denunciados en otros ámbitos. 

Los procesos de denuncia nos han expuesto a ser re victimizadas una y otra vez y a no encontrar ningún tipo de respaldo en la vía administrativa, porque la misma, lamentablemente carece de todo tipo de formación con perspectiva de género. A nivel sindical, apostamos a seguir trabajando en nuestros protocolos internos y en la formación de los afiliados  y afiliadas en la temática, para que la desinformación o el mal uso de los mismos no violente, aún más, a las compañeras que padecen estas situaciones.


En lo que va de 2021, 6 mujeres han sido asesinadas por razones de género. Más de un 76% de las mujeres somos y hemos sido víctimas de violencia de género en distintos espacios. El ámbito doméstico y el laboral, no se quedan atrás. La violencia cotidiana que vivimos nos lleva a pensar en las compañeras que pueden estar viviendo situaciones de este tipo en sus familias. No contamos con dispositivos de apoyo, orientaciones sobre cómo proceder si conocemos un caso, recursos de apoyo estatal a los cuales recurrir o medidas básicas de cuidado para preservarnos. 


Nuestros compañeros de trabajo, en la mayoría de los casos, no tienen perspectiva de género, lo que lleva a que se normalicen ciertas formas de relacionamiento patriarcal que se replican en espacios incluso sindicales. Proponemos una concientización que sensibilice a los compañeros y los oriente sobre cómo actuar de forma respetuosa. Muchas veces escuchamos comentarios sexistas, opiniones sobre nuestras cuerpas o somos discriminadas en el ámbito laboral por tener hijes. Les solicitamos a aquellos varones con los que nos vinculamos y compartimos día a día el espacio de trabajo, especial atención en ello. 


Repudiamos el auge que se está dando en cuanto la militarización del Estado. El aumento de presupuesto en armamento y en capacitación de personal en prácticas violentas y de represión, conlleva a que cada vez más varones tengan acceso a esos tipos de violencia, lo que nos deja a las mujeres (aún más y en formas más graves) expuestas cuando somos víctimas de violencia intrafamiliar. Además, en el caso de las mujeres se agrava en contexto de operativos policiales y militares. Es un hecho lo ocurrido hace unos días atrás en Malvín Norte, donde policías uniformados balearon a tres mujeres haciendo públicamente una demostración del poder masculino. 




Somos el 65% del total de funcionarios del Instituto Nacional de Estadística. Promovemos que tanto los varones que comparten el espacio sindical, así como las jerarquías de cada División nos acompañen en un camino que construya un espacio equitativo, con iguales oportunidades en similares condiciones que repercuta en mayor empatía en los equipos de trabajo. Colaboremos no sólo en la construcción del dato de la política pública, repensemos las formas de relacionarnos desde la solidaridad, cooperación y la lucha colectiva. Punto importante en la reconstrucción y transformación de lo social. 


Abrazamos a las compañeras que se adaptaron rápidamente al teletrabajo, a las que apoyaron, a las que enseñaron y a las que aprendieron. Nos solidarizamos en el cuidado del espacio personal y reclamamos se regularice el uso de formas de comunicación (whatsapp, llamadas, video llamadas) respetando horarios de descanso y ocio. 


Proponemos abrir un espacio de trabajo donde se pueda debatir abiertamente cómo nos sentimos las mujeres en el trabajo y mostrar cómo podemos aportar a una mayor productividad.


Firmado: Mujeres en AsEEC.


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